Corre el año 2119 y el mundo ha sido devastado.
Los desastres climáticos (largas sequías, aumento de las temperaturas, deshielo de los polos e incendios devastadores) junto al agotamiento de los recursos energéticos han dejado al planeta sumido en el caos.
Durante décadas la humanidad se ha visto diezmada por enfermedades desconocidas y pandemias y la mayoría de especies animales y vegetales han desaparecido.
Distopía KADON
La sociedad como la conocíamos ha desaparecido, en todo el planeta los gobiernos han caído y el desorden reina por doquier.
La escasa población se ha unido en torno a tribus. Muchas de ellas nómadas. Las más radicales se han hecho fuertes, doblegando a las demás y dominando ciudades y carreteras. Distopía.
Oasis KADON
Pero existe un lugar, en medio de todo ese caos, a orillas del río Huécar a su paso por Cuenca. Una antigua casa señorial convertida en el oasis de una nueva comunidad.
El caserón con paredes de piedra y esqueleto de madera fue construido por un excéntrico viajero que llenó sus rincones con objetos, pinturas, libros y recetas de sus viajes y aventuras.
Con el paso del tiempo la vegetación se ha abierto camino y comparte espacio con los pedazos de un pasado a veces no tan lejano.
Comunidad KADON
Ahora la casa es el refugio de una tribu muy especial que resiste e intenta dar una nueva oportunidad a la humanidad. Sus paredes ahora guardan los recuerdos de los fundadores, también de todos aquellos viajeros que por ella han pasado y, sobre todo, están marcadas por las huellas de aquellos que se quedaron.
En una de esas paredes puede leerse una historia, la que da nombre a la casa y a la comunidad que en ella habita: KADON.
Viaje KADON
La esencia de la comunidad Kadón se saborea en sus platos. Con sabores que van desde los toques asiáticos, a la más pura esencia americana sin dejar de lado los manjares de la tierra castellano manchega.
Una cocina ecléctica que auna lo exótico y lo tradicional en un enclave único.